sábado, 21 de enero de 2012

Un lugar para Katrin

Confiaré un secreto que quizás me haga parecer una lunática: mi nacimiento estaba predestinado desde diciembre de 1984, y la pitonisa que predijo tamaño acontecimiento fue la escritora e ilustradora  argentina Julia Díaz, del Barco de Vapor. 

Desde la cubierta de uno de los libros de la colección naranja, una niña morena con flequillo y vestido azul sostiene a sus muñecas. Es Un lugar para Katrin.

El libro llegó a mis manos en 1991, con 5 años. No recuerdo quién me lo regaló, pero sí el por qué: esa niña era yo. Katrin era yo. Katrin era una niña despreciada por las otras niñas debido al lunar de su mejilla izquierda. Eran niñas despiadadas, que se burlaban de ella cantándole canciones crueles.

Lunar, lunar.
El gato quiere maullar
y el ratón chillar.
El diablo a Katrin
va a degollar.
 

A las últimas palabras echaban a correr. Katrin se tocaba el lunar de la mejilla, que tenía el tamaño de un duro y le llegaba hasta el lóbulo de la oreja. Katrin trataba de ocultarlo con su cabello liso y negro.

Un día descubre que ese lunar le otorga la facultad de comunicarse con los muñecos. Entre la puesta y la salida del sol, en "la hora de los muñecos". Los muñecos le cuentan historias maravillosas, una cada noche. Le explican por qué los girasoles inclinan la cabeza y le cuentan la historia del Rey Escama Dorada, el Rey del fondo del mar.

Con 5 años que tenía cuando lo leí, y varios proyectos de lunar en la cara, esas reuniones de muñecos a medianoche, esos conciliábulos, me obsesionaron durante meses. Terminaba el libro y lo volvía a empezar, una y otra vez, buscando el secreto de Katrin. Ahora me doy cuenta de que yo no era ella. Podría haberlo sido, pero no lo era. Katrin usó los cuentos que le contaron los muñecos para que las niñas malvadas fuesen sus amigas, y finalmente lo fueron. Yo tuve una infancia feliz y bonita, mis amigas no se reían de mis lunares.

No importa que lea Un lugar para Katrin cientos de veces, ella nunca dejará de ser niña. Si algún día una fuerza misteriosa me permite introducirme entre las páginas de un libro y mezclarme con sus personajes, será en este libro y con Katrin.

Katinka, no compartas tus cuentos con esas niñas, sincronicemos nuestros lunares y compártelos conmigo.

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