domingo, 13 de julio de 2014

Vidas de mierda

A nadie le interesan tus 300 putas fotos de vacaciones en Facebook. Te crees mejor que el resto y eres otra cucaracha mas. Yo sé lo que hiciste. Sé lo que hicisteis todos.Todos tenéís vidas de mierda.



Tú te has ido de vacaciones a Londres tres horas después de haber abortado sola en el baño de una amiga. No le has contado a nadie que estabas embarazada, has ido a una clínica y te has metido por la vagina dos pastillas. Pero mientras abortabas llorabas y gritabas diciendo "Mi bebé, mi bebé". Ahora sonríes delante del Big Ben. Eres repulsiva.

Tú estás haciendo surf por las playas de Hawai con tu novia de hace 10 años. A ella ni siquiera le gusta el surf, pero eres el amor de su vida. Sonreís, os hacéis selfies con puestas de sol al fondo. Vivís en ciudades diferentes, y cuando no estáis juntos llamas a los números de teléfono de contactos del periódico, o vas a puticlubs a que las putas te la chupen. Ni siquiera te sientes culpable, eres una rata rastrera.

Tú te has ido a un hotel de la Riviera Maya con tus mejores amigas. Subís fotos bebiendo copazos de colores en copas de colores dentro de la piscina. Os lo estáis pasando taaaaaan guai. Estáis taaaaaan morenas. Lo que nadie sabe es que le miras las tetas a una de ellas cuando os cambiáis en el hotel. Las tiene blancas, como tú, y te ponen mucho. La verdad es que llevas bastante tiempo enamorada de ella, pero nunca lo dirás, te casarás por la iglesia y tendrás dos hijos. Menuda vida de mierda que llevas, bollera.

Tú te has ido a Brasil a ver el Mundial de fútbol. Has subido una foto con la bandera pintada en la cara. En realidad no tenías tantas ganas de ir, pero lo has exagerado porque no querías pasar tu mes de vacaciones con tu familia, aguantando a tus hermanos, padres y sobrinos. Te avergüenzas de ellos. Eres un mierdas.

Tú has ido con tus amigos a una mierda de Festival de música. Salís todos bebiendo calimocho, lleváis gafas de sol muy modernas, pulseritas de colores en las muñecas, y diademas de flores. Tu siempre llevas camisetas de manga larga, dices que estás destemplada, que quizá te estés poniendo enferma. En realidad las llevas porque te haces cortes en el brazo con una cuchilla de afeitar. Tus brazos están llenos de marcas moradas y rojizas. Mientras te hacen otra foto estás deseando ir al baño portátil a cortarte con la cuchilla que te has metido en el bolsillo de los shorts. Te da igual que el baño huela a mierda porque tu vida ya es una mierda.

jueves, 3 de julio de 2014

Apuntes

En una cena de excompañeros de clase, gente ya adulta de 40 años, que hace 20 que no se ve, se reproduce exactamente la misma dinámica, el mismo ambiente que había cuando esa gente eran compañeros de clase. Todo es exactamente igual que entonces y parece que no haya pasado el tiempo. Es todo tan igual que hasta hay un tío ahí sentado con los demás que nadie sabe quién es, es uno nuevo, hay uno nuevo en clase.
Hay pocas cosas que odie más que cuando la gente te ve solo y reacciona como si eso constituyese un problema para ellos. Que estés solo les molesta. Como la irritación que causan os pasajeros que viajan de pie en el tren mientras tú estás sentado, como si estuvieran de pie solo para hacerte sentir mal. A veces incluso hay algunos asientos disponibles, mitades de asiento entre hombres con las piernas separadas que no se sientan, siguen de pie delante de ti y parecen exhaustos y abatidos y hacen que te sientas fatal por ir sentado. Con la soledad ocurre lo mismo, ofende a la vista. Incluso los llamados santos, como la Madre Teresa, me fastidian. En ciertos aspectos era tan ambiciosa como cualquiera que quiera estar en la cumbre de su profesión. La Madre Teresa quería ser la mejor santa, así que hizo las cosas más repugnantes que podía hacer y sí, ya se que ayudó a la gente y alivió su sufrimiento, no digo que eso sea malo solo digo que a mi modo de ver era tan egoísta y ambiciosa como cualquiera. El problema que comporta esta manera de pensar es que para evitar la ambición y el egoísmo no deberías hacer absolutamente nada: ni malas ni buenas acciones. No hagas nada, no te atrevas a interferir en el mundo. Sé que esto prácticamente no tiene sentido, pero es lo que pensé cuando se sentó en mi mesa.

Mientras conducía pensaba en "¡ay la madre!", pensaba que es una expresión que nunca había usado y que, quizás, en el futuro, si se daba la ocasión, podría plantearse usar. En éstas no ve a un niño que cruza la calle y lo atropella mortalmente, y de una forma precipitada, en una décima de segundo, sin tiempo para pensarloy confundido en el horror, decide colocar ahí su primer "¡ay la madre!".
Luego, íntimamente, se siente más culpable por haberse permitido esa frivolidad que por el propio atropello.
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 Le despertó el intenso sonido de la sirena de una ambulancia que circulaba por la calle. Pensó que parecía grave. Lo pensó porque la sirena sonaba muy fuerte, como si las ambulancias subieran el volumen cuando la cosa pinta mal, cuando pinta cadáver, cómo si al conductor le gustara dar un poco de información al exterior por esa vía. No, lo que pasa es que la sirena no deja de ser la representación del grito del enfermo que hay dentro. La ambulancia hace de caja de resonancia de la desgracia del pobre moribundo. En el futuro usarán los gemidos del enfermo como sirena, los emitirán en directo por unos altavoces instalados en el techo. Ya lo veréis, está a la vuelta de la esquina, está viniendo, la ambulancia, viene a toda prisa. Quizás, quién sabe, quizás la prueben con vosotros, ja ja, quizás os pasa algo grave lo suficientemente en el futuro como para que la estrenéis.

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